El arte de los sonidos
Tal vez no se pueda hablar con
detalles certeros sobre la música desde sus orígenes, aunque evolutivamente hablando, yo
me imagino hace miles de años a un cavernario disfrutar del sonido tal vez del
silbido de un ave o del viento correr y luego intentar imitarlo, usando su
propio cuerpo así como percusión con los elementos que tenían en su entorno
llegando de esta manera a ir creando nuevos sonidos que podían ser diferenciados
como agradables o no a los oídos.
Tal vez al inicio no había
una complejidad o un significado concreto para estos sonidos recreados por el
ser humano, el mero hecho de salir en busca de alimento y regresar con un buen
resultado de la caza o la recolección de frutos, era algo emotivo y había que
celebrarlo echando gritos al viento.
En si estos sonidos a través
del tiempo fueron adquiriendo un sentido común y se constituyeron
ya en piezas musicales que desde su inicio de una u otra manera llevarían impregnadas
en ellas sentimientos que el autor quiere expresar al momento de componerla, y
que el oyente se también siente identificado con esta manifestación acústica.
Uno de los casos que me pareció muy curioso es de cuando yo pertenecía al coro de la Universidad de Cuenca, la cuestión es que había escuchado y entonado sus interpretaciones musicales, pero lo había hecho desde el escenario, más no había tenido el placer de sentarme a disfrutar de un concierto de este coro desde la parte del público, hasta que tuve la oportunidad y forme parte de la audiencia a una de sus presentaciones, ya no había en mi la preocupación por que la presentación salga bien, que todos afinen, los tiempos, los silencios, los tonos o que los equipos del sonido este bien.
He escuchado a mi amiga cantar un montón de veces, pero cuando lo hice desde la audiencia fue una sensación muy emotiva y extraña, fue como tener frío y sentir la piel de gallina, como una sensación de corriente eléctrica leve recorriendo mi cuerpo, eso provoco que me sintiera mas identificado con la canción que estaba interpretando ese momento.
Pero cómo actúa la música en
nuestro cuerpo, va mucho más allá de percibir los sonidos, y asociarlos con
diferentes hechos o simplemente cómo no estremecerse al momento en que escuchamos
nuestra canción favorita implica un movimiento del cuerpo o un estado de ánimo, se basa en la necesidad del ser humano en querer expresar y sobre todo comunicar.
Todo lo que realizamos, responde a la acción de diferentes zonas del cerebro y en el caso de la música, puede ser interpretada de diferentes formas como ritmos, todos y letras. Es muy importante tener en cuenta el tipo de música que escuchamos, ya que al ser seres cargados de energía de manera directa o indirecta esto influye mucho al momento de dictaminar nuestros comportamientos, es aquí donde entran en juego los chakras que buscan restablecer en nosotros el equilibrio físico, emocional, mental o espiritual.
Actualmente se ha llegado a utilizar la música no simplemente con un fin recreativo o de expresividad ideológica y cultural, sino mas bien se la ha ido vinculando con la medicina, la psicología o la educación, en cualquiera de estos ámbitos se pretende solucionar problemas utilizando la musica con sus diferentes géneros.