Por: César Andrés Martínez
Las 07:00 am, un día de labores normal, miles de personas estarán
frente a un espejo comprobando su aspecto antes de atreverse a cruzar la puerta
de salida.
La naturaleza del ser humano está fuertemente ligada al
imaginario “cómo me ven los demás” el ímpetu devorador de ser aceptados en
grupos de personas genera ciertas reglas sociales que se deben seguir al pie de
la letra para encajar cual pieza de Tetris en nuestra cultura.
El impacto que tuvo Facebook en los últimos años también
trajo lo suyo, un método eficaz de conexión con personas del globo, celeridad
de comunicación y la oportunidad de expandir nuestras propias fronteras
culturales.
El ampliar nuestras fronteras nos llevó también a descubrir
un nuevo “Síndrome del Like”, el apetito voraz por ser vistos y consumidos por
otras personas es medido por la cantidad de "Likes" dados a nuestras
publicaciones, llenando un falso ego de aceptación en los círculos sociales, esto
trae consigo indudablemente un grave peligro a nuestra privacidad, según un estudio publicado en diario “El Mundo”.
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Configurar nuestra privacidad en Facebook es una opción no segura a un 100 % |
Ahora bien, para precautelar la información sensible de sus usuarios, la red social permite modificar ciertos parámetros en cada cuenta lo que cubre al usuario con un "manto" de tranquilidad y seguridad, como todos sabemos
esta no es la solución adecuada, sino el diferenciar claramente que es lo que
decido compartir en redes y lo que no, aquí unas sugerencias interesantes.
Existe un semáforo interno
que regula lo que nos gustaría que los demás sepan de nosotros y lo que no,
actuar con cautela en un mundo cibernético peligroso es la clave, ahora
regresemos a nuestro primer ejemplo, saldríamos de casa a las 07:00 am en ropa
interior, ¿no verdad? Pues imagina que tu vida personal si lo hace por medio
del Internet, y no llega simplemente a la esquina, se pasea por el mundo.
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